El neorrealismo surge en el cine de posguerra
italiano como una manera de reflejar el caótico estado en el cual se
encontraban el pueblo y las instituciones de dicho país tras años de gobierno
fascista. Se podría marcar su origen en 1945 con uno de sus máximos exponentes:
Roma, cittá aperta (Roma, ciudad
abierta), película de Roberto Rosellini. Otras películas importantes de este
movimiento son Ladri di biciclette
(Ladrón de bicicletas), de Vittorio de Sica (1948) y La terra trema (La tierra tiembla), de Luchino Visconti (1947).
El cine de la época de Mussolini estaba
representado por películas como Vieja
Guardia, Escipión, el Africano y Camisas
Negras, películas destinadas a mostrar una Italia fascista hermosa y
resplandeciente, con ciudadanos felices, trabajadores y bien alimentados. La
realidad era otra, y por ello, tras la caída del fascismo (y poco tiempo
durante el mismo) el cine cambia su rumbo hacia un cine de denuncia social, con
una fuerte tendencia anti-fascista.
Hay dos elementos fundamentales para clasificar
a una película como perteneciente a este movimiento: el sentimiento de protesta
anti-fascista pro-resistencia y el toque estilístico propio del movimiento.
El cine neorrealista italiano se caracteriza por
lo anterior dicho (cine de denuncia social, de tendencias anti-fascistas), que
no reivindicaba el derecho del fascismo a entrometerse hasta en los aspectos
más nimios de la vida de los ciudadanos italianos (como sí lo hacían, por
ejemplo, películas como Vieja Guardia),
sino que, por el contrario, destacar la vital importancia de la Resistencia en
la Italia fascista como un elemento subversivo a favor del pueblo.
En cuanto al estilo, debemos decir que, ante
todo, el cine neorrealista era un cine que intentaba mostrar la realidad tal
como era: cruda, dura, trágica, cómica. Por ello, los escenarios neorrealistas
eran precarios, lo que no ha de entenderse como pobres, sino como simples, sin
pretensiones. Si se podían utilizar escenarios naturales, se los utilizaba.
En estas nuevas películas comenzaban a
visualizarse las clases marginadas. Lo que es más: comenzaban a reconocerse su
existencia ya que, recordemos, el cine fascista negaba la pobreza y el
desempleo. A su vez, no solo los varones heroicos eran retratados, sino también
mujeres y niños.
El fin del neorrealismo cinematográfico italiano
es difuso. Formalmente, podríamos decir que se produce después de 1948, cuando
asciende al poder la democracia cristiana en Italia e intenta censurar las
películas neorrealistas por considerarlas deprimentes para la población. Sin
embargo, películas neorrealistas han seguido siendo dirigidas muchos años
después. Aún hoy día, películas italianas poseen ciertos rasgos estilísticos
propios del movimiento.
Podemos decir que el cine neorrealista perdió
vigencia cuando las películas hechas no poseían los dos elementos fundamentales
que mencionamos arriba: eran películas anti-fascistas pro-resistencia, pero con
un estilo no neorrealista; o bien, eran películas con un estilo claramente
neorrealista pero que trataban temas diferentes a los relacionados con la
sociedad italiana del fascismo y de la posguerra.
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